Libros en el metro

Hay gente que en metro levanta la nariz y se asoma disimulando al borde del libro que lee el vecino.

Allí olisquean abismos insondables, esperando en dos frases descifrar en qué mundo se encuentra sumergido el ensimismado dueño del libro.

En ocasiones, descubren una frase que les suena, un personaje a quien en su día acompañaron en sus andanzas... con suerte incluso un pasaje que les conmovió. Y entonces, sonríen, y mirando al lector piensan: "Sé lo que estás viviendo, yo también estuve ahí." Y siguen su vida un poquito más felices.


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