A dos centímetros de ti,
mi pulso se acelera,
repaso tu rostro, tu nariz,
tus pecas, tus ojeras.
Tus ojos hablan en silencio
gritando sentimientos
que tu boca niega…
Sé que me deseas.
El tiempo se ha detenido
en este abrazo,
nuestros cuerpos se han fundido
y en el hueco de nuestros brazos
han caído
todos los pedazos
de nuestros corazones heridos.
Nuestras almas se tocan
en miradas que provocan
sentimientos sin control.
Es tan grande la emoción
que nos sobra la ropa,
la piel y hasta el colchón.
Sé que me quieres besar
tanto como quiero yo,
pero algo no te deja
y al acercar mi boca
me dices que no
y te alejas.
Yo sé que puedo
recoger los retazos
de tu corazón
y construir de nuevo
fuertes lazos
entre los dos.
Pero para eso amor,
debes primero
dejar tu miedo
aparcado en un rincón.
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