De esos finos labios
caen como cascadas
líquidas palabras
que entre ritmos resbalan,
rodean mi cuerpo,
lo hacen girar,
ríos de versos
me llevan al mar,
trepan mis tobillos
se han metido en mi organismo,
ya no puedo respirar
ni lo deseo.
No me dejan ni pensar,
incapaz de responder
siento un leve cosquilleo
que no quiero detener.
Para vivir
sedienta bebo
líquidas palabras,
frases de fuego,
y solo quiero
darte a beber
este, mi verso,
por el que muero,
pues cada palabra
lleva un pedazo
de mi alma.
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