Quiero...

Quiero saber lo que sientes,
lo que buscas,
a dónde quieres llegar.
Quiero que tú me lo cuentes,
que me digas
si quieres menos o más.

Quiero perderme en tus ojos
y sentir
que tú me colmas de paz.
Quiero al pensar en nosotros
sonreír,
y no volver a dudar.

Quiero que seas feliz
y que el viento
sople y te ayude a volar.
Quiero poder compartir
lo que siento
sin temer qué pensarás.

Quiero tener libertad
para darte
todo lo que tú mereces.
Quiero contigo soñar
y besarte
de puntillas una y mil veces.

Quisiera detener el tiempo

Perdida en tus ojos
me arrastra la marea.
Tu boca en mi cuello,
mi pulso se acelera.
Siento tu ritmo mudo y solo te pido
que me dejes sin red trepar hasta tu oído
para decirte en un susurro
que por ti he perdido la razón,
que sin ti yo me consumo,
que tu fuego quema el corazón.

Porque hace tiempo que este juego
se nos fue de entre las manos,
y no me sirven ya los cuentos
que hablan de encuentros al azar,
de besos donde no hay amor,
de amigos sin llegar a más,
porque no quiero más momentos
que aquellos
que compartimos tú y yo.

Quisiera detener el tiempo
en este instante, en este beso,
tal vez si cerramos fuerte los ojos
las estrellas se olviden de nosotros
y el mundo deje de existir
más allá de nuestro abrazo.

Escuchando tan solo el latir
de un alma bajo tu pecho
lograremos al fin compartir
miradas, sueños y techo.

Sin temor

No quiero tener que frenarme al verte,
no quiero tener que evitar
tu mirada al verte llegar.
Pero lo hago pues sé que no puedo
sostener tu mirada sin demostrar
que entre tú y yo existe aún mucho más.

Quiero soltar lo que siento
como plumas que vuelan al viento
y gritar donde vaya
que no existe nada igual,
que te quiero y no quiero
ocultarlo nunca más.

Quiero poder besarte sin temor
a que no te parezca buena la ocasión.
Quiero poder abrirte el corazón
y contarte mi vida y mi ilusión
Para que me conozcas
cada día un poco más,
y poder poco a poco
ir trenzando un nuevo amor
y confiar ya sin dudar
y disfrutar
sin temor.

Hoy te echo de menos

Hoy siento tu ausencia
más fuerte que ayer,
hoy sufre mi alma
porque no te puedo tener.

Hoy braman los mares
y no escucho tu voz,
porque hoy el viento grita
tu nombre en su canción.

Hoy echo en falta
los días que no hemos vivido
deseando entre lágrimas
el dulce bálsamo del olvido.

Hoy entre papeles me hundo,
ahogándome con cada verso que escribo.
Hoy tiembla mi mundo,
hoy me siento perdido.

Hoy te he llamado mil veces
y no me has oído,
hoy mis alas se han roto
y tú no has venido.

Por qué el amor se viene así
de golpe
cuando tú no estás aquí.
Por qué te tuve un día y te perdí
y ahora
nunca dejo de pensar en ti.

Hoy desgarro mi cuerpo
con un suspiro
y mis huesos me duelen
porque tú no estás conmigo.

Hoy te amo
y no puedo decirlo.

No soy perfecta

Sé que no soy perfecta,
tan solo soy un mortal
que ríe escuchando un cuento
y llora mirando al mar.

De acuerdo, soy cabezota,
y cuando me empeño en algo,
no cedo hasta e final.
Me suelo apuntar a un bombardeo
y termino arañando tiempo al día
para poder llegar.
Admito que a veces me contradigo,
que busco la compañía de una multitud
y en cambio amo la soledad.

Sé que no soy perfecta.
Y no quiero serlo jamás.

Tan solo quiero que me permitas
mostrarte cómo soy, no más.
Sin máscaras, sin velos,
con mis sueños y mis miedos,
con mis ganas de volar.

Porque así quiero conocerte,
tal como eres, y ya.
No me importa si te ves imperfecto,
eres tú,
y eso te hace único a mi mirar.

No me hagas soñar

Te he acompañado mil noches
que vuelves a casa pedo,
voy conduciendo tu coche
y si me lo pides me quedo.

Y me agradeces que esté siempre ahí
y te preguntas qué harías sin mí.

Pero no me observes
con el alma aflorando en tú mirar,
que yo así no puedo
seguir, la vista al frente y callar.

Quiero gritarte con toda mi voz,
quiero llegar a ver tú corazón.

Pero cómo decirte
que por ti me muero,
que si estoy ahí siempre
es porque te quiero.

Estamos los dos solos,
sabes que me tienes,
no me trates de engañar.
No me hables de amor
si no es eso lo que quieres,
dime solo la verdad.

No me hagas soñar
si no vas a darme más,
no quieras dormir
otra noche junto a mi.
Que no puedo estar
dependiendo del azar
para ser feliz.

Mirando dentro

Clavas en mí tu mirada
puntiaguda, afilada,
que atraviesa mi alma
como si fuese una daga
y en el barullo en que estaba,
entre mil voces y ruido,
de pronto, todo se apaga,
nace un silencio dormido.

Y te paras.
Y te miro.

Va saliendo el sol en el cielo,
gira el mundo tras nosotros,
pero la única luz que veo
es la que brilla en tus ojos.

¿Cómo puede un segundo
cambiar todo mi mundo?
¿Cómo pueden tus ojos
llegar a ver tan profundo?

Volviendo a las andadas

Nos prometimos
no volver a las andadas
y decidimos
que no volvería a pasar,
mas cómo hacerlo
si al mirarnos a la cara
cambian los vientos
y olvidamos lo demás.
Si hacemos bien o mal,
en realidad qué más nos da.

Yo te juro que lo intento,
que quiero olvidar,
pero llegado el momento
no soy capaz,
siento un fuego en mi interior,
no lo puedo evitar.
Ten por seguro: si tú caes
yo voy detrás.

El castillo

Hace ya tiempo me dijo un amigo
que eras como un Lord en su fortaleza,
pero se equivocó, ten la certeza,
pues tú no eres señor, sino castillo.

Cerrado, frío, a propósito oscuro,
eres sin duda infranqueable,
dejas que juegue empujando tus muros,
pero tus puertas jamás se me abren.

¿Qué será lo que guarda tu interior?
si conozco cada una de tus piedras,
quiero saber por qué nunca me enseñas
los secretos que escondes entre ellas.

Recorro palmo a palmo tu muralla
haciendo que te vibren los cimientos,
buscando algún resquicio para entrar,
intentando atisbar tus sentimientos.
Mas, por mucho que busque en tu mirar,
hasta ahora no he logrado derribar
las defensas que alzas contra el viento.

Vive

Aprovecha cada instante,
no lo dejes escapar,
que el de ayer es un día
que nunca volverá.

Nunca sabes lo que espera
tras la vuelta del camino,
pero sabes que al final,
cuando todo se haya ido,
lo único que queda
son los días que has vivido.

Quedan en tu interior
recuerdos de tus amigos
y en todos los corazones
que algún día te han querido,
quedan grabados a fuego
los momentos compartidos.

Exprime la vida
cada momento,
no te detengas,
no te des por satisfecho,
que siempre queda por hacer
más de cuanto puedas haber hecho.

Cada día hay algo nuevo
que puedes aprender,
no lo dejes para luego
que te lo vas a perder.

No sientas con desgana,
ríe y llora con pasión
y cada vez que ames
hazlo de todo corazón.

Disfruta de la vida como venga
y saca de ella lo mejor.
Sufre un momento por tus penas,
sin dejar que te abrume ese dolor,
pues si lloras por no ver las estrellas,
tus lágrimas te impedirán ver el sol.

No te arrepientas de tus actos
porque ya no tienen remedio,
pero aprende de ellos,
y con el tiempo,
no te equivocarás tanto.

(a mi tio Juan, que me enseñó todo esto y mucho más)