Alma vikinga


Rugen los acantilados,
que en oscuras aguas se despeñan,
vientos huracanados
a su paso me despeinan.

Y yo, comandante de mil naves,
me yergo cual faro viejo
sobre estos, mis mares,
que en mi alma hoy espejo. 



Al todo despierta


Hoy mi alma al todo despierta,
entra por su puerta abierta
un destello, como si el mundo
condensase en un segundo
los instantes acumulados
del futuro y el pasado.

Como si el sol se desvanece
y mi piel desaparece,
como si todo el mundo fuese
cuerpo que me pertenece.
La inmensidad en sí me mece
y en mi adentro ella crece.

Frente a mí, tú mi hermano
hoy me espejas, duplicado,
y al mirarte, en la alegría
que desprende mi corazón
veo el eco de otras vidas
resonar en mi interior.