Materia y espíritu

Desde los tejados
de la gran ciudad
miro ambos lados
de la realidad.

Uno denso, enorme,
heredad dormida,
otro etéreo, informe,
que le da la vida.

Uno con los ojos
de mi rostro veo,
otro que en mí acojo
y entre líneas leo.

Trato de ligarlos,
comprender su esencia,
hoy sé que entre ambos
baila la existencia.



Ayer cuando dormías

Ayer cuando dormías
te vi bajo la higuera,
soñando con la vida
que aún no era.

En negra noche cósmica
forjaste tu destino,
entrando a esta órbita
dormiste en el olvido.



Las puertas del Leteo

Se abren las puertas
del río Leteo,
aún no estoy muerta,
mas veo.

Sublime calor
que irradio y me invade,
pues es el amor
la llave.




A diez manos

Me abro despacio
con leves caricias
creando el espacio
para algo que inicia.
Percibo sin velo
tu áurea figura
y surge al momento
sin par sentimiento
que todo lo muda,
recorren mi adentro
tus yemas desnudas
tocando mi centro
que tiembla al contacto
y nace en el acto
un lazo divino,
cadena que expresa
que es todo belleza
el ser al que miro.



Las letras dominan mis mares

Me dejo llevar
por el ritmo que sale
y pronto las letras
dominan mis mares.

Profundas corrientes
que arrastran la vida
buscando la meta
por sendas torcidas.

Y sé que no importa
por dónde me llevan,
en todos los ríos
mi alma se eleva.

Hoy suelto amarras,
me lanzo al vacío,
no tengo palabras
para esto que vivo.

Me ofrezco al olvido,
cediendo al destino,
y ya solo vivo
en esto que escribo.




Al ser uno con el mundo

En el límite de mi piel
caben brisas y huracanes
que traspasan todo mi ser
ahora entran, ahora salen.

Hoy me expando con su vaivén,
percibiendo cada detalle,
los impulsos que no se ven
y el color que tiene el aire.

Se diluye mi identidad
en el todo yo me fundo,
se transforma la realidad
al ser uno con el mundo.



Yo creo mi mundo

Dentro y fuera cobra vida,
general y solo mía,
cuanto forma mi existencia,
tan humana en su esencia.

Pues soy Yo que me reflejo,
dentro y fuera cual espejo,
con mis piedras, mis enojos,
para verme con mis ojos.

Cuanto el mundo tiene mío,
en mi pecho lo recibo,
pues no existe en este nada
que yo misma no creara.



Así es

Firme mantengo mi ser erguido,
desde el centro observo mis remolinos,
es con ellos que mi alma construyo,
y al soltar yo me diluyo.

Llenando el espacio bajo mi piel,
fluyo y crezco, soy auriga y corcel,
percibiendo el límite de mi ser,
sin mirar, aprendiendo a ver.




Polaridad

Eterna polaridad,
entre dos bandos
vienes y vas,
tratando de hallar el centro,
equilibrando
en movimiento.
Dos opuestos enfrentados,
ambos iguales,
polos amados.
Mas por más que arrebatados
por mil mares
se han buscado,
a su espalda siempre queda
el otro lado
de la moneda.



Remolino creador

Percibir sin velo
la vida que bulle,
el rodar sincero
que apenas se  intuye.

En mi ser lo llevo,
impulso que fluye,
movimiento nuevo
que eterno construye.


Dando forma

Andando despacio,
que nada empuja,
volando bien bajo,
mi paso dibuja
la senda que he sido
y me conforma.
Es surco el camino
que no retorna.

Andando despacio,
creando norma,
tomando el espacio,
voy dando forma.

Tras el velo volitivo

Impulso volitivo
que empuja sin motivo
aquello cuanto miro.

Rodar que no descansa,
mi mente inquieta amansa
y todo tiempo alcanza.

Del fin hasta el principio
llenando los resquicios
en ímprobo ejercicio.

Hoy entro en tu cascada
portando un candil,
tu esencia iluminada,
porque hoy estoy aquí.