En mi centro

Cuando soplan los vientos
que amenazan los cimientos.
Cuando el tiempo no alcanza
y hasta el mismo suelo danza.
Permanezco en el centro,
soy el fiel de la balanza.

Si fieras tempestades
zarandean las edades
revolviendo norte y sur,
apagando toda luz,
me anclo en soledades,
soy un faro de quietud.

Porque nada me puede
si en mí estoy,
porque nada me mueve
si sé quién soy.



Temperamento melancólico

Parece que el día escapa,
parece que el cielo trata
de detener el momento
para que no acabe el cuento.

Y yo sigo soñando,
dragones despertando,
pintando mil detalles
que iluminen las calles.

Porque el gris es aburrido
y brota, allá donde miro,
este mundo colorido
que llevo siempre conmigo.



Melancolía

Lenta y gris melancolía
que me invades y me engañas,
yo te arrastro cada día
aferrada a mis entrañas.

Por ti escurro por mi cuerpo
cayendo en tierra baldía,
hasta sentirme ¡tan muerto!
... sólo carcasa vacía.

Tiñes todo mi día
derrumbándome el techo.
La mismísima vida
tú me robas del pecho.



Creando el habla

Me levanto erguido
liberando mi garganta
del grotesco ruido
que se me atraganta.

Alzo mis brazos al cielo
dejando entrar el aire
que permitirá luego
comunicarme.

Y al sentir mi voz
libre de la gravedad,
puedo ser Yo
quien decide hablar.



Al partir la luna

Expande el sol,
retiene la luna,
y entre medias
la tierra madura.

Hombre y mujer
frente a frente,
se yerguen
alzando su mente.

Todo un mundo
sólido y vital,
se hace consciente
en su caminar.



Anapesto elemental

Yo soy el fuego
eterno y nuevo,
el mundo arde cuando me muevo.

Yo soy el viento,
soy el momento,
y cada estrella del firmamento.

Yo soy la tierra
que vida encierra,
yo permanezco tras toda guerra.

Yo soy los mares,
soy las edades,
profundas se hunden mis soledades.



La rueda

Todo cambia si está vivo,
por siempre nace y perece,
solo lo que es destruido
permanece.

Desde lo inmóvil crece
lo que siempre está en camino,
eterna rueda que mece
cuanto miro.