Se hace piedra


Tintinea el rocío que en la mañana
se desprende del frío,
    fluye y mana.
En la verde pradera bajo la niebla
toda vida se hiela,
           se hace piedra.
A lo lejos se observa entre colinas
              el hogar que me lleva
a otra vida.




Observando moverse el aire


Observando moverse el aire
¡Silencio! que no hable nadie.
Hoy comprendo el fluir del tiempo
y encuentro
en su cíclico andar
mi movimiento.
Pero cómo capturar
lo que nunca tuvo un cuerpo,
yo no sé cómo hablar
de la vida, de lo muerto.



Desde el norte vengo


A mil pies de altura
de mi ser desprendo
la conciencia pura
por la que hoy mi camino comprendo.

Al soltar desnuda
desde el norte vengo,
alma que reanuda
esas formas a las que siempre tiendo.

Es aún oscura
la visión que tengo,
pero en mí algo muda
la dirección en la que voy tejiendo.



Hoy puedo saldar lo que es debido

Siguiendo los hilos que me llevan
por sendas que no son nunca iguales
descubro los lazos inmortales
que unen mi alma con la tierra.
Impulsos que me hunden y me elevan
guiando mis pasos por lugares
que ya recorrieron mis andares,
etapas que hoy al fin se cierran.

Avanzo trayendo a mi lado
todo  aquello con lo que estuve unido
pues viendo los hilos del pasado
hoy puedo saldar lo que es debido
y así lograré ser liberado
del hado que escribe mi destino.
 



Tus formas inmortales


Eres bosque y raíz, de sombras lleno,
eres de aire y de mar, ansiando el vuelo,
busco en la oscuridad y no te veo,
siento que al escribir en ti me muevo.

Distante polaridad entre pares
que expresan en el verbo sus verdades,
te encuentro en todas mis eternidades,
distinta la realidad, siendo iguales.

Y no sé cómo percibirte puedo
si lo dejo todo y en calma quedo,
pero es así, que tú me insuflas vida
llenando mis versos con tus retales
y en cada palabra que se destila
se expresan tus formas inmortales.



Nace la primavera


Nace la primavera
cada día,
nace y a nadie espera.
Vibra en todas mis venas
su verde melodía,
despierta la armonía
que en mi interior dormía.
Y yo me vuelvo ciega
a cuanto antes veía,
surge nueva la tierra
dentro de quien la mira.



Me suelto el pelo

Abierto a cuanto dice el cielo
                                                      hoy me suelto el pelo
y con él, mi pensamiento entero.

Dejando prender el fuego
                                                permito que este aguacero
penetre donde yo no llego.

Y así extasiada espero
                                         los versos que en ascuas bebo
y ardiendo, en ellos muero.