Virus

Un virus informático infectó mi creatividad y me tiene en cama hasta mañana.

Otro paso

Desde que tengo uso de razón he intentado ir mejorando y evolucionando como persona. Hasta ahora eso siempre había supuesto conocerme, ser más consciente de mis pensamientos, deseos y sentimientos, y aprender a controlarlos, a sujetarlos y dirigirlos hacia donde mi mente racional considerase más oportuno.
 Tras años de práctica creo que eso se me da bastante bien hoy en día. Podría haber seguido siempre en ello, quedándome en ese primer paso, pero tú me has enseñado el siguiente paso, me has enseñado que debo dejar de controlar, atar y dirigir, y aprender en cambio a integrar mis pensamientos, a soltar mis deseos, a aceptar mis sentimientos, y avanzar así siendo una persona completa.

Y ahora… tengo ganas de seguir caminando.


Dispersando el silencio

La música sopla irradiando luz, avanza dispersando el silencio, confinándolo en los rincones oscuros hasta llenar de vida cada esquina.

Buscame en sol y sombra

Búscame donde haya luz,
donde el corazón se ensancha
y nada mancha
el aire cristalino
que sonriendo respiro.
 
Búscame en la oscuridad,
donde se pueda pensar
y nada rompa el silencio,
la quietud, la grandeza,
la salvaje naturaleza.
 
Búscame en la frontera
de la noche y el día,
búscame donde suena
la eterna melodía,
búscame donde pueda
mejorar cada día.


La brisa hace cosquillas

La brisa hace cosquillas al soplar baja entre la fresca hierba, y su ondular es la verde risa que brota de lo profundo de la tierra.

Cuenco vacío

Nuestro objetivo en la vida, más allá de los pequeños objetivos que podamos marcarnos individualmente, debe ser vivir plenamente. Para lograr esto, antes que nada, tenemos que ser capaces de escucharnos a nosotros mismos, de saber lo que queremos, lo que sentimos, lo que somos.

Una vez hecho esto, debemos vaciarnos de nosotros mismos, librarnos de deseos, apegos e ideas preconcebidas. Solo cuando seamos capaces de soltar todo lo que tenemos, incluidas nuestras expectativas, y esperanzas, cuando miremos el mundo de nuevas, sin dar nada por sentado, cuando seamos como un cuenco vacío porque hemos sido capaces de conocer y observar cada resquicio del cuenco y vaciarlo por completo. Solo entonces podremos empezar a dejar que ese cuenco se llene, podremos aceptar la vida tal como vaya viniendo, disfrutar cada momento por lo que es y permitir que nuestras vivencias nos vayan enseñando y haciéndonos mejores. Solo entonces estaremos viviendo plenamente nuestras vidas.


Gotas miedosas

Las nubes están formadas por gotas con miedo a ser ellas mismas, porque cuando sean plenamente gotas... caerán.

Al comienzo de mil caminos

Siento un a curiosidad
que me impulsa más allá
de mi propia realidad.
Todo quiero verlo,
todo conocerlo.
 
Debo decidir
hacia dónde van mis pasos
si no quiero
perderme entre retazos
de saberes incompletos,
de caminos sin un trazo,
de ritos obsoletos
en mundos boca abajo.
 
Debo pararme quieto
y empezar otra vez.
Debo buscar mi hueco,
que esta insaciable sed
quedará por fin saciada
cuando aprenda a ver
el verdadero saber
que se esconde en la nada.


Pensamientos escurridos

Dónde van los pensamientos que no terminas de plasmar, donde llegan tras escurrirse entre los resquicios de tu mente?

Enraizarse y soñar

Las hojas de un árbol se mecen al viento. Sintiendo su caricia se vuelven hacia donde este sopla, giran y revolotean con un susurro quedo, se inclinan las ramas cuando viene fuerte, se dejan llevar y disfrutan de los aromas lejanos que el aire arrastra.

No se asusta el árbol de la lluvia ni de las tormentas, y si una tempestad arranca algunas flores, hojas o frutos… bien, será que llegó ya el tiempo de esparcir su semilla a los cuatro vientos.

Las raíces del árbol en cambio, permanecen siempre bien fijadas tierra. Se hunden lentamente en la realidad y de ella se nutren. El árbol alimenta y deja volar sus sueños teniendo siempre una base firme que le indica dónde está. Así debemos los hombres también encontrar nuestro lugar en este mundo, nuestra base, esa raíz que no alimente, sobre la que podamos alzarnos y soñar.