Humano

No sabes que provocas
cambios irreversibles
en todo lo que tocas.
No sabes de imposibles,
y haces que hasta las rocas
se vuelvan invisibles
a un grito de tu boca.
Pareces insensible
ante esta tierra rota,
tu sed incombustible
la exprime y la agota.
Te sientes un ser libre,
no conoces la derrota.

Pero dime, humano:
de qué piensas vivir
cuando hayas acabado
y el mundo que has creado
caiga sobre ti.
No dejas un legado,
no tienes porvenir.


Gracias

Gracias por permitir
que sea más yo mismo
de lo que nunca fui,
por estar siempre ahí,
por saltar al abismo
junto a mi.
 
Por ayudarme a abrir
las puertas que me encierran,
a disipar las nieblas
que sin saber me ciegan,
por enseñarme a sentir,
las cosas cuando llegan.
 
Por enfrentar tus temores
e intentar ser mejores,
gracias,
por aliviar mis dolores.
 
Gracias por confiar,
por no ocultarme nada,
por hacerme soñar
al despertar,
y volverme a besar
cada mañana.
 
Gracias por sonreír.
Gracias,
por hacerme feliz.


Primavera enajenada

Nace en mi interior
una ilusión
que me roba el aliento.
Es una semilla,
en potencia un sentimiento,
empiezan sus brotes
a buscar sustento.
 
Llegan sus raíces
cada vez más dentro
sentando las bases de este cuento,
y pronto ya no encuentro
un solo espacio en mi interior
donde no llegue su calor.
 
De repente,
brotan mil chispas verdes
atravesando mi mente,
tantas que ya no las cuento,
transforman mi propio elemento,
me estremecen,
y florecen
atravesando mi cuerpo
en un estallido
de infinito colorido.
Primavera enajenada
en mi alma sembrada.



Luz interior

Cada ser humano
vive separado
en su propio faro,
y por cada lado
un acantilado
le mantiene aislado.
 
Se tiene que esforzar
por mejorar,
y alimentar
su alma y su razón
para avivar
el fuego en su interior.
 
Porque la luz que él mismo emite
es la única que le permite
conocer el mundo alrededor
y llegar a vislumbrar
el corazón
de sus iguales, hermanos
que habitan otros faros.




Roca a roca

Hay un niño en tu interior,
curioso, soñador,
que mira alrededor
buscando explicación.
 
Inocente, asombrado,
y a veces asustado,
pues duele el corazón
de golpes tan plagado,
ese niño ha levantado
un escudo protector
que te aleja de su lado
si te acercas demasiado.
 
Ahora debes deshacer
las defensas construidas
si quieres volver
a sentir la vida.
 
Si me dejas iré
derribando roca a roca
esa dura pared
hasta llegar a tu boca,
y todos tus arañazos
curarán entre mis brazos.




Corazón marino

Crecí mirando al mar,
saciando en él mi sed,
su rítmico cantar
es parte de mi ser.

Con los años su voz
me moldea el alma,
y nace en mi interior
una profunda calma.

Pero es mi corazón
quien mueve las mareas,
incansable motor
que empuja y acelera.

Un bote de cristal
repleto de emociones
que escapan al mirar,
volando en mil canciones.


Cuántas veces

Cuántas veces he intentado
compartir mis ilusiones,
mis temores, mis pasiones,
pero siempre me he encontrado
sin respuesta al otro lado.

Cuántas veces he buscado,
y nunca lo he encontrado,
un curioso, un soñador,
con más preguntas que yo,
para hallar juntos respuestas
o ir inventando las nuestras.

Pero cuesta
despertar a los dormidos.

Cuántas veces he creído
hallar por fin un amigo
que comprenda lo que digo
y quiera avanzar conmigo…
¿será distinto contigo?

Al caer los muros

Desprendo lentamente
tu escudo protector,
desnudando tu mente
me muestras tu interior,
plenamente consciente
de la atracción
que nace entre los dos.

Rompemos con cuidado,
de la mano,
los antiguos escudos
que ambos levantamos.

Y al caer los muros
nos quedamos mudos,
nos miramos,
sin nada que ocultar,
y desnudos,
siendo uno,
avanzamos,
llegando más allá
que por separado.


Un tímido beso

Hace tiempo que siento
suspendido en tu mirar
un beso incierto
deseando brotar.
Lo veo en tu cuerpo,
haciéndote temblar,
en tu labio entreabierto
que vibra al respirar.

Y de repente me vuelvo
sin atreverme a soñar
e inesperado me encuentro
frente a frente tu mirar.
Y ese tímido beso,
encuentra su lugar.

Es tanta la emoción
imposible controlar,
que el mundo alrededor
ha dejado de girar.
Solo puedo escuchar
tu inquieto corazón,
tratando de encontrar,
el sendero de vuelta a la realidad.


Creía conocer

Pasamos por este mundo
sin ahondar en lo profundo
de quienes nos acompañan
y su imagen nos engaña.

Sorprende el ver
en quien creías conocer,
facetas inesperadas
al fijar la mirada.

Descubro un alma afín
que siempre estuvo ahí.
¿Por qué nunca la vi?
no sabría decir.

Hoy solamente puedo
admitir que deseo
encontrarnos de nuevo,
descubrir qué más veo,
y donde siempre anduve en el suelo
intentar mañana alzar el vuelo.