cambios irreversibles
en todo lo que tocas.
No sabes de imposibles,
y haces que hasta las rocas
se vuelvan invisibles
a un grito de tu boca.
Pareces insensible
ante esta tierra rota,
tu sed incombustible
la exprime y la agota.
Te sientes un ser libre,
no conoces la derrota.
Pero dime, humano:
de qué piensas vivir
cuando hayas acabado
y el mundo que has creado
caiga sobre ti.
No dejas un legado,
no tienes porvenir.