que sea más yo mismo
de lo que nunca fui,
por estar siempre ahí,
por saltar al abismo
junto a mi.
Por ayudarme a abrir
las puertas que me encierran,
a disipar las nieblas
que sin saber me ciegan,
por enseñarme a sentir,
las cosas cuando llegan.
Por enfrentar tus temores
e intentar ser mejores,
gracias,
por aliviar mis dolores.
Gracias por confiar,
por no ocultarme nada,
por hacerme soñar
al despertar,
y volverme a besar
cada mañana.
Gracias por sonreír.
Gracias,
por hacerme feliz.