La promesa del viento

Yo he volado con e viento,
yo he sentido el movimiento
de sus brisas y huracanes,
de sus risas y sus males
recorriendo mi cuerpo,
torturando mi espíritu.

Yo a un tablado he subido,
ha invadido mi ser
la furia de un cielo marchito.
Prometí volar con él
al infinito
y vivir toda la vida
como en un cuento,
mas ya no pueden volar
las alas que me dio el viento.

Prometió visitarme,
prometió no olvidarme,
y yo
prometí esperarle.

Me regaló unas alas que daban miedo,
que se derretían al tocar el mar,
hechas de huracanes, hechas de fuego,
y me enseñó a volar.

Yo he volado con el viento,
yo he sentido su bramar,
recorrido el mundo entero
y vuelto a mi pesar.

Dijo que volvería,
prometió que algún día
el cielo de rojo se teñiría,
que desde el sur me soplaría.
Cada noche siento
su falta,
cada noche espero
vuelva volando
mientras veo el cielo
sangre llorar.
Mas las alas que me regaló el viento
ya no pueden volar.

Yo he volado con el viento,
yo he sentido su bramar,
y ahora en tierra sólo quiero
que me vuelva a hacer volar,
mas las alas que me dio el viento
ya no pueden volar.
Ya no saben volar.
Ya no pueden volar.

Perdiendo el presente

Sin luz, sin sombra.
Sin un pasado,
sin un presente.
Sólo queda el futuro,
sólo queda la muerte.

Huyendo de la nada
hacia ningún lugar.
Buscando una pasión,
buscando una razón,
buscando religión.

De la mano del olvido
voy por mundos ya perdidos
perdiendo lo que no tengo:
perdiendo el pasado,
perdiendo el presente.

El infierno son los otros que nos miran

Estando el mundo sin nombre, vacío
nace un ser que da nombre bajo el cielo
a toda su tierra, al mundo entero,
que se cree único, desconocido.

Mas no es así, entre arbustos, escondidos,
unos ojos le observan con recelo
al ver aquellos ojos, siente miedo
de ver su mundo por ellos perdido.

¿Qué queréis, ojos extraños, de mí?
Sabed que no os daré mi libertad.
No miréis, iros ya lejos de aquí
que mi vida ya no es mía, se va.
Vosotros que sois iguales a mí
decid que soy distinto a los demás.

Dos de Enero

El primero del año ya ha acabado
media hora ha desde que se fue.
Una luna llena brillar se ve
entre estratos de un cielo azul nublado.

El segundo no ha hecho sino empezar
y ya destaca su belleza muda.
Un día especial, sin ninguna duda,
muchas cosas pronto van a cambiar.

Buscando a Elessar y Mithrandir

Dónde está aquel poeta
aquel que supo escribir
versos que cual saeta
lograsen dividir
a un hombre en dos para volverlo a unir.

Donde aquel hechicero
de grises ropajes y mente sabia
que vio el mundo entero
guiado por su magia
siendo de los reyes fiel consejero.

El fin del teatro

Allá donde sólo el olvido mora,
tras un viejo telón de años rasgado,
aun puedes ver un rostro a otro enfrentado
uno que ríe, el otro que llora,
mientras llega la temida hora
en que ambos caerán sobre el tablado
y el viejo teatro será derrumbado
por la fiera y rugiente escavadora.

Actuaba ante una sala abarrotada.
Hoy de nuevo, tras el telón de olvido
una sombra desenvaina la espada
y, aun sin adversario, cae desplomada.
Pero esta vez el teatro está vacío.
Vieja sombra, actúa para la nada.

Salta

Salta
No toques el suelo
salta
intenta llegar al cielo

Despega y vuela con el viento
no te quedes en tu asiento
salta, ya volverás luego.

Si te quedas quieto
te pierdes entre la gente
si vives en el mundo
no vives el presente

Salta en la vida
sal de la mente
vive en los sueños
no temas la muerte
Pues si saltas
no te alcanzará.

Salta y sueña
salta y vive
en el presente

Salta y no te pierdas
salta y no vuelvas
a tu mente

¡¡SALTA!!

Tras la tormenta

Aunque el trueno ya no estalla
al irse la tempestad
no siempre llega la calma.
Pues tras una gran batalla,
si he de decir la verdad,
nunca queda en paz mi alma.

Sin hielo

Se acaba el tiempo,
se acaba el blanco,
no sopla el viento,
no sale el salto.
Ya no hay frío,
no hay amigos.
Todo viene, todo llega.
Todo pasa, nada queda.

¿Todo? o ¿Nada?

Soy de la brisa, del viento
endeble y frágil cometa
no hay acto ni pensamiento
que a mi voluntad someta.
¿Soy yo aire?

Soy de las olas, del mar
solo y perdido un velero
no hay puerto donde arribar,
aunque mi alma anclar quiero.
¿Soy yo agua?

Soy de la chispa, del fuego
pequeño, inmóvil arbusto
cualquier llama podrá luego
quemar mi piel a su gusto.
¿Soy yo fuego?

No, no, yo no sé qué es
lo que me hace vivir hoy
ni sé cual mi cuna es
ni hacia dónde ciego voy.
¿Soy yo todo?
¿o no soy nada?
Yo soy polvo...
polvo de hada...

Tal vez sé de dónde vengo,
tal vez venga yo del mar,
de las olas y del viento
tal vez soy libre sin más,
libre, como yo me siento,
libre… por siempre jamás.