Propiocepción

Por primera vez en mi vida llevo las uñas pintadas. Me las había pintado dos veces antes, pero me sentía tan rara que en ambas ocasiones me quité el esmalte a los diez minutos.
 
Esta vez sin embargo, lo he dejado. Y después de unos días con ellas pintadas, me he dado cuenta de que desde que tengo estas chispitas de color en mis dedos, me he vuelo mucho más consciente de todos y cada uno de los movimientos que realizo con mis manos. El tener algo extraño hace que centre mi atención en ellas y los gestos o pequeñas acciones que antes pasaban desapercibidos, los realizo ahora de forma plenamente consciente.
 
 
Me hace pensar esto en las vendas de colorines que usan muchos deportistas. Estos Kinesiotapes no sujetan ni comprimen como un vendaje normal, sino que simplemente se pegan sin ejercer apenas presión sobre la zona dañada, como si de una pegatina se tratase. Y el simple hecho de tener algo extraño ahí hace que nuestro cuerpo preste atención a esa zona. No solo a nivel consciente, dándome cuenta de que tengo algo y poniendo cuidado en mis movimientos, sino también a nivel subconsciente, de forma que el cuerpo reacciona y hace por ejemplo, que aumente el riego sanguíneo en la zona afectada.
 
Increíble lo que se puede lograr mediante la sola percepción de uno mismo. En este mundo de distracciones, creo que valoramos muy poco una capacidad tan impresionante como la atención.

Me parece que me pintaré las uñas más a menudo.... no parece difícil superar mi media actual de una vez cada treinta años!

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