Sin motivos para vivir

Cómo se puede llegar a pensar
en dejar de respirar
y acabar
una vida sin sentido.
¿Se puede estar tan hundido?

Cómo se puede intentar
poner fin
a todo lo que has vivido.
Cómo pensar en dejar
de existir
y no volver a sentir.
No sé dónde te has perdido,
pero sin duda amigo,
ese no es el camino.

Tal vez la tranquilidad
de no volver a sufrir,
de no tener que seguir
enfrentado cada día
a esta dura realidad,
te parezca una salida
mejor que las demás.
Pero jamás podrá superar
la eterna paz
todo lo que perderías.

La incomparable alegría
de vivir tu vida,
los momentos compartidos,
las risas sin sentido,
la emoción de viajar
sin importar el destino.
La ilusión de descubrir
un mundo nuevo,
el nervioso temblor
de una voz
al decirte “te quiero”.

Tanto por hacer,
tanto placer,
tantas cosas nuevas
por conocer.
Aunque ahora no los veas
existen mil motivos
y por eso te pido
que te quedes conmigo,
que no saltes al vacío.

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