Desconocidos

De vez en cuando me gusta romper con todo y cambiar de ciudad. Cuando nadie te conoce, puedes ser tú mismo y no aquello que se espera que seas.

Me he dado cuenta de que en mi pueblo nunca leo ni escribo mientras tomo un café en el bar de la esquina, nunca me paro en un banco observando a la gente pasar. Disfruto del paisaje, de los bosques, del mar, pero siempre en movimiento, sobre mi bici, porque si me paro quieta... entonces seguro que pasa algún conocido y me dice "qué haces aquí sola?" y me siento ridícula diciéndole: "Pensar".

En Madrid en cambio, nadie conoce a nadie.
Puedo hacer lo que quiera.
Me gusta vivir en una gran ciudad...
aunque a veces eche de menos pedalear.

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