Recuerdos

Un peluche,
una canción,
un pijama,
una oración,
un columpio
y un balcón.
Un árbol que trepar,
cien castillos en la arena,
un oso polar,
una amiga nueva.
Ocho estuches y carpetas
y tan solo una muñeca,
bajo la lluvia mil partidos
y entre libros un amor
… ya fallecido.
Lentas despedidas,
un adiós,
cien nuevas amigas
me esperan en el hielo,
Axel, doble Chery
y en clase: una peli.
Verano, Extremadura,
un millón de estrellas
alumbran mis travesuras
teatro, poesía y malabares
y un helado de limón
que dura y dura y dura.
Ojalá que nunca acabe.
Sobre el hielo volar
y jugar a pillar,
al dejar mis muletas
mi nube y piruletas,
una bici sin cadena
y para mi una nueva.
1º Z, internacional
Italia, el cine
y un novio formal.
El eclipse, tres payasos
dos leprosos,
peregrinos
y una lila
sin destino.
Un gruyer de ciudad,
doscientos nombres y ecuaciones
y en un bus el cristal.
Un amanecer,
cien baladas,
ácaros en la moqueta
y el móvil bajo la almohada.
Un novato, una perilla
mil juegos y una patada
un peluche,
un pijama,
una caricia
y una mirada.
Un mordisco en la nariz
y por siempre soy feliz.

En verso

Ahora sé que mi canción
solo alcanza a ser oída
en el ritmo
de un poema.
Este ritmo
que me lleva
va tocando el corazón
y una dulce melodía
surge de la nada
derramando mi interior.
Un sonido que embriaga,
que me llena…
y donde antes nada había
ahora brota poesía.

Si solo en verso
    puedo crear
    en mi mente un universo
    para hacerlo realidad,
    solo entre líneas
    cabe la voz
    que a mi cuerpo da la vida
    y me torna inmortal…
Entonces,
    hablaré tan solo en rimas
    por el resto de mis días,
    y donde antes nada había
    brotará la poesía.