Perdidos
en la sombra del bosque
se
agazapan los sueños que fueron
rumiando
los recuerdos de noches
que
nombran mas no vieron.
Fantasmas
irreales que bailan
al
son de las canciones sin sonido
buscando
ser mejores se callan
verdades que se visten de suspiro.
Verdades que se visten de suspiro
Al hacerse invisible
Porque
al hacerse invisible
no desaparece.
Porque
al soltar tus viejos miembros,
crece
y nos llena,
puede volar
y
en esta vida nueva
revisar,
los días que se han ido
y
aquellos,
que se han perdido.
Olvidando los nombres
Por
dónde pueden verse
las
horas que se fueron,
por
dónde van dejando
la
vida que un día vieron.
Sin
mar donde esconderse
se
alza mi velero,
sin
rumbo navegando,
soltando
los aperos.
Quién
osa detenerse
al
borde del sendero,
quién
es mientras va olvidando
los
nombres que un día fueron.
A la orilla de otro mundo
Tiempo prestado
Porque
el tiempo siempre es prestado
y no admite dilaciones,
porque
cada verso acabado
es un clavo
que
fija y deja anclado,
que
mata las variaciones.
Hoy
escribo entre ríos
que
avanzan en mil direcciones,
hoy
desato los cabos
y miro
donde
me llevan, libres,
mis canciones.
Vuela niño perdido
Vuela niño perdido
que
te atrapa el tiempo,
vuela y busca el sentido
de
tu propio cuento.
Vuela con Campanilla
y grita: "Creo en las
hadas"
vuela, que la vida es sencilla
cuando
aún no está empezada.
Las ventanas del mundo
A través de mis ventanas
miro
y
en sus marcos y cristales
percibo
lo que está más allá
de mis
sentidos.
En el roce sensual
con el mundo
palpo las grietas
que explotan
con mil colores
en mi boca
y al sentir su aroma
dividirse en mi centro
vuelvo desde fuera
y al volver me encuentro
mis ventanas cristalinas
ya nunca más dormidas
y en ellas, yo me adentro.
En los ojos asoma el alma
En
los ojos asoma el alma,
en
sus negros y azules
sus
pecados,
sus virtudes.
Me
sumerjo en la calma
de
sus hondos lagos
y
en lo más profundo
logro verme
del
otro lado,
sobre
mí se vuelven,
brillantes
de emociones,
y
al mirar me fundo
con
sus verdes,
sus marrones.
En
los ojos asoma el alma
y
en el alma...
mis canciones.
Este impulso que nace
A
la sombra del camino
donde
todo yace,
yo
me alzo y hago mío
este
impulso
que renace
y
así salgo a la luz,
que
es partida y destino
de
este mundo convulso
que
ahora miro.
Soy
el muerto y la cruz,
soy
puente y abismo,
soy
la fuerza que crea,
la que me moldea.
Soy
yo mismo.
A
mi través siento
cómo
el viento
me traspasa,
es
mi aliento,
y
en su eterno movimiento
encuentro,
al
fin,
mi casa.
En las hojas verdes
Brilla
la luz
en las hojas verdes,
brillan
y al sol
resplandecen.
Sublime
alegría
me mece,
al
viento mi voz
se estremece.
Henchido
de vida
avanzo a saltos,
llegando
en mi andar
cada vez más alto.
Me
lanzo a volar
y al fin descanso,
remanso
de paz,
al mundo canto.