El ángel desconocido

Nostalgia de lo eterno….
fui…
mas duermo.

Y encerrado entre mis ropas
ya no se me ven las alas,
quien de todo se despoja
vuelve a ser más que la nada.
Pero ahora, mis sandalias son zapatos
y pesado, me disuelvo en el abrazo
de este mundo que rodea
mi ser con sus vestiduras
impidiendo que se vea
lo que fui en las alturas.

Se ha tornado piedra lo que fue del cielo,
traje y corbata mi vaporoso velo.

Nadie sabe quién fui,
nadie de dónde vengo,
de las vidas que vi
voy perdiendo el recuerdo.

Tan solo un poso queda
que me inflama, me lleva.

Nostalgia de lo eterno…
fui…
mas duermo.




Inspirado en el poema de Rafael Alberti


Claro de luna

Gracias por mostrarme los claros de luna,
por esos paseos sin prisa ninguna,
por darme un oasis contra el ajetreo,
frenando mi ritmo cuando yo no puedo.

En las grises sombras de la noche clara
se pierde mi vista en la oscura nada
siguiendo una senda de olmos y estrellas,
me colmo en el brillo de la luz más bella.
Escucho el arroyo, su canto que fluye
calando en mi alma los miedos destruye,
hoy me siento en lo más profundo unida
al bosque que en la noche rezuma vida.



La vida que entreteje

Henchida de frescor
mi alma inspira, se alimenta y crece
llenando de verdor
la vida que entreteje,
la que luego espira y suelta perece.



Soy


En los huecos de mi alma vive el tiempo acurrucado, que dormita palpitando si cansado me recojo,  deteniendo los siglos en calmo reposo. Al albor de la mañana me despierto y miro, el silencioso vacío que siempre me acompaña…. y lo empujo, que salga. Él se extiende y despereza, desenrosca sus hilos, que son los míos, y la vida lentamente comienza.

Arde mi ser, todo es llama, luz y calor que mi pecho inflama. Me divido en mil rescoldos, en su interior me escondo, me condenso y estallo en violento soplo, vivo en los vientos que dan forma hasta que todo mi ser se enfría, bulle y se transforma.

Fluyo a mi través llenando el mundo, soy la cresta de la ola que cabalgo sin frontera, por las aguas eternas, que en su vaivén me llevan. En mi húmedo seno se mece, la chispa que crea y crece. Impregno de mis aguas las secas vastedades que forjan y endurecen mis partes materiales.

Me vuelvo roca y guijarro, el pasar de las eras me admira estático, petrificado, mientras siento los áureos metales que destilan con su fuerza, la luz de mis cristales. La noche me encuentra inmerso en flores de eterna transparencia, permitiendo que atraviese mi esencia el quedo canto del universo. Abriendo sin resistencia un hueco donde repose el tiempo.





Al viento las ideas

Mañanas de verano
escuchando el rumor de la arboleda,
cabello despeinado,
al viento las ideas
que al sacudir el polvo, se renuevan.



¿Quién dijo miedo?

¿Quién dijo miedo?
¡Que el mundo calle!
Que yo no puedo
explicar ni dar detalle
de por qué veo
que lo cabal
es hoy alzar el vuelo
a pesar
de no llegar a ver el suelo.



Tapiz interno


Despertando los dormidos
sueños que en el día
van tejiendo mis motivos,
me mantienen viva.
En la rueca del destino
aún sin yo saberlo
trenzan oníricos hilos
mi tapiz interno.
En buscando un camino
me entrego desnuda
al placer de los sentidos
que a fondo me muda.
Pues resultan ser tan míos
los cuadros mostrados
que se antoja cuanto miro
sabio y prefijado. 



Difuminando a Ockham


En los sutiles recodos del arte
se desdibujan los límites claros
surgen nuevas verdades al amparo
de esas sombras que no cesan de hablarte.
En su susurro de luces brillante
vas descubriendo que el mundo soñado
es más real que el que toca tu mano,
destapando el eterno interrogante.

Dónde empiezan y acaban las ideas,
dónde lo que ya existe y lo que creas,
dónde cuanto es mentira y la Verdad.
Por qué la ciencia resulta tan ciega,
su navaja cuanto es difuso niega
d ejando fuera media realidad.



Rigidez

En las nubes de mi cielo hoy reposo
buscando solaz en su blanco esponjoso,
escapando de los rígidos contornos
del reloj en su avance sin retorno.

Pues mi alma ansía primavera
aspirando vientos sin frontera
y entre cuatro muros desespera,
sin poder evitarlo, se revela.


Crea

Escucha el impulso que abre
la puerta de un mundo olvidado,
permite que nazca y te hable
de vidas que nunca has soñado.

Avanza pisando el vacío,
sin saber dónde te lleva
este nuevo camino
que cada uno de tus pasos crea.

Observa la senda
que tras de ti se dibuja,
tal vez entonces entiendas
esa fuerza que te empuja.