Conocimiento sintiente

Observando la vida desde dentro
invierto contenido y continente,
despacio descubro y hago consciente
tras el velo de piedra, el movimiento
que al fluir otorga forma y cimiento
creando la materia existente.
Suspendiendo todo juicio de mi mente
me voy abriendo y salgo al encuentro.

Porque para entender con claridad
ya no basta la gélida razón
que observa el externo caparazón.
Porque está en devenir la realidad
y tan solo percibo su verdad
cuando escucho en silencio al corazón.



Día de viento

Soplando de calle en calle
levanto lo aposentado,
esculpo en lo no formado
efímeros detalles
que en el acto son borrados,
deshechos y olvidados,
porque allá donde me halle
nada queda inalterado.


La palabra muda

La palabra muda
que se oculta esquiva
tras el velo, de la vida,
es verdad desnuda
a la que hoy accedo
por su fuego, consumida.
Y al abrirme veo
que no soy quien habla,
pero puedo, recrearla,
pues soy vestidura
de palabra pura
y muero al pronunciarla.




Amanece

Amanece
y la luz se esconde
sin mirar.
Apareces
sin saber ni dónde
bajo un mar,
que te mece
pronunciando un nombre
sin hablar.

Te recoges
escuchando muda
a quien te habla,
entre voces
de una senda oscura
que en ti se abra.
Reconoces
tu misión más pura
en la palabra.

Amanece
y es tu voz la que ilumina,
la que crece
creando el haz donde caminas.




Entre sonidos

En el límite gris de la alborada
hoy camino escuchando entre las voces
los espacios que emergen, tan veloces,
en las frases aún inacabadas.
Asomando al calor de la palabra,
engrasando los verbos en sus roces,
en lo nunca dicho se reconoce
la llave que hará que el mundo se abra.

Pues el alma de todo lo que es vivo
palpita por la gracia del vacío
que mudo en este borde yo presencio.
Por su inmenso poder sobrecogido,
hoy observo nacer todo sonido
en el hueco que crea el silencio.




Pisando en el vacío, hacia arriba

Buscando caminos para avanzar,
desando los pasos que un día dieron
esas partes de mí que ya murieron,
pues solo en sus hombros me puedo alzar
irguiéndome en puntas para alcanzar
alturas a las que hoy aún no llego,
que impulsan mi ser hasta alzar el vuelo
en ansia perpetua por mejorar.
Y es sólo entonces, cuando pierdo pie,
que nacen las fuerzas que no tenía,
aquellas que impulsan todo mi ser,
                                      hacia arriba.
Abriéndome paso, aún sin ver,
a un mundo que ya ciego, intuía.



Sinfonía creadora

Resuena en ímpetu creador
la llamada de los elementales
apelando a crecer, a ser mejor,
a percibir que somos inmortales.

Y es el reclamo constante de esa voz
el que forma las plantas y animales,
el que crea las rocas y cristales,
impregnando el mundo en su calor.

Pulso eterno que conforma la vida,
dando un marco a la tierra en su canción,
estructura de infinita armonía,
que se trenza, tejiendo su patrón.

El fluir de tu hermosa melodía
es la savia que mueve el corazón.


Prendida del cielo

Sintiendo lo etéreo vibrar en el aire
me dejo guiar por todo y por nadie.
Cada palabra que quedo pronuncias
abre una puerta callada que anuncia
en qué dirección yo puedo flotar
siguiendo los ecos que forman el mar.
En blanco silencio, escucho prendida
del cielo, por dónde fluye la vida
y un viento me lleva en rauda espiral
al centro vacío de todo crear.




La flor

Desde la periferia del universo,
desde los confines de lo inmenso,
en profundos azules insondables,
donde nacen estrellas que pueblan mares.

Llegan al mundo fuerzas vitales,
fuentes de eternos manantiales,
que impulsan la vida desde dentro
creando en la flor, su centro.

Sin saberlo ella crece,
erguida su presencia,
y es toda la existencia
la que en sus pétalos, resplandece.




Silfos

Chispeantes meteoritos
que se esfuman al mirarlos,
cual brillantes angelitos,
atraviesan sin tocarnos.

Impregnando un cuerpo vivo
en el alma de las cosas
van tranzando su destino,
forjadoras silenciosas.