La cuarta dimensión

El tiempo no es más que otra dimensión, solo que nuestra forma de percibirlo es lineal. Sentimos que avanza inexorablemente, sin pausa, pero ¿es así realmente o es nuestro cerebro el que no es capaz de asimilarlo de otra forma?
 
Aunque parezca extraño, hoy en día sabemos que el tiempo se contrae a grandes velocidades, que se dilata el la cercanía de grandes masas. ¿Qué le impide curvarse sobre sí mismo hasta cerrarse en un ciclo? ¿qué le impide detenerse?

Deshaciendo el nudo

Hace tiempo que tenía
un nudo en mi corazón,
que de noche me oprimía
y de día
no aflojaba su presión.
 
No sabía
de dónde provenía
la grisácea desazón
que nublaba mi visión.
 
Pero ahora sopla el viento
llevándose las nubes
y la soga que tuve
atada en mi interior,
ha soltado sus cabos,
ha volado,
y me siento
henchido de color.


Blanca perfección

Blanca y pulida,
sin compasión,
apenas conocida,
así es la perfección.
 
Sin un manchón
que enturbie su brillar,
no da lugar
a la imaginación.
 
No ha existido jamás
tan sublime expresión,
es lo mejor,
a nadie se le ocurre
opinar al respecto,
pero lo cierto
es que me aburre,
prefiero lo imperfecto:
 
Tener margen de mejora,
equivocar
la elección de vez en cuando
y seguirse levantando,
intentar volar
y continuar soñando.

La literatura es mi droga

Hay quien necesita ingerir sustancias que le hagan liberar su mente. Algunos las usan para soltar el estrés y relajar el ritmo de sus ajetreadas vidas, para dejarse llevar, perdiendo por un rato el control. Para otros es una diversión, una forma de aguantar más, de sentirse más ocurrentes, de perder la vergüenza, de ser quienes quieren ser.

A mí nunca me ha atraído la idea de alienarme y perder el control para sentir todo eso, porque el arte ya me lo da sin necesidad de dejar de ser yo misma. Cuando escribo, mi mente vuela a mil mundos lejanos y mi alma se expande hasta llegar al último rincón del universo. Cuando actúo subida a un escenario, siento vibrar al público en mi propio ser. Cuando leo, soy todos los héroes, las damas y los villanos que jamás existieron…. Cuando creo, soy todas mis creaciones. La literatura es mi droga, no necesito falsas emociones.


Supongo que tengo miedo

Supongo que tengo miedo
porque te quiero,
supongo que tengo miedo
porque no puedo
conocer con certeza
qué pasa en tu cabeza.
Supongo que tengo miedo
porque en otras ocasiones
he golpeado el suelo
cuando me he hecho ilusiones.
Supongo que tengo miedo
porque son muchas emociones
las que mueves.
Supongo que tengo miedo
porque puedes
destrozar mi corazón
si lo deseas,
y tanto poder, amor,
no se lo doy a cualquiera.
Supongo que tengo miedo...
porque te quiero.


Tranquilo, respira

Tranquilo, respira,
no temas la vida,
estaré a tu lado
cada día,
tus ilusiones
serán las mías
y tus temores
quedarán olvidados
caminando de la mano.
Tranquilo,
respira,
y mira
el brillante camino
que ante ti se ilumina.

Antiguas máscaras

Todos tenemos mil máscaras, y todas ellas son falsas. Queramos o no, vamos evolucionando, cambiando a cada instante. Cada experiencia vivida, por insignificante que parezca, nos transforma, somos diferentes hoy de nuestro propio “yo” de ayer. Por eso solamente la máscara actual es la verdadera, aunque pronto esta también dejará de serlo.

Debemos esforzarnos por ser cada vez lo que en ese momento somos y no dejarnos arrastrar por lo que fuimos.

A veces es complicado porque mucha gente conoce nuestras máscaras pasadas y espera vernos actuar como ellas. Y a nosotros nos resulta más sencillo seguirles la corriente, vestir una máscara que ya hemos llevado antes, con la que nos sentimos cómodos. Pero siempre hay resquicios que no se ajustan a la perfección, y cuando esos resquicios crecen, debemos tener el valor de desechar nuestra antigua máscara y mostrar al mundo nuestro yo verdadero.


Observando a la multitud

Alrededor,
el murmullo de cien voces
resuena en la habitación,
rostros que no conoces
se entremezclan veloces.
No sabes dónde estás,
pero sientes que al mirar
cada cual cuenta una historia,
con sus penas y sus glorias,
y sus voces enlazadas
reviven la memoria
de imágenes pasadas.
Las ves en sus miradas
que al no saberse observadas
no intentan ocultar nada.
 
Flotas en el murmullo
de este rugiente barullo
complicado y oscuro
inventándote un futuro
para rostros que no conoces,
intentando escuchar sus voces
por separado,
descubriendo un ser humano
sin conocer su pasado.


Humano

No sabes que provocas
cambios irreversibles
en todo lo que tocas.
No sabes de imposibles,
y haces que hasta las rocas
se vuelvan invisibles
a un grito de tu boca.
Pareces insensible
ante esta tierra rota,
tu sed incombustible
la exprime y la agota.
Te sientes un ser libre,
no conoces la derrota.

Pero dime, humano:
de qué piensas vivir
cuando hayas acabado
y el mundo que has creado
caiga sobre ti.
No dejas un legado,
no tienes porvenir.


Gracias

Gracias por permitir
que sea más yo mismo
de lo que nunca fui,
por estar siempre ahí,
por saltar al abismo
junto a mi.
 
Por ayudarme a abrir
las puertas que me encierran,
a disipar las nieblas
que sin saber me ciegan,
por enseñarme a sentir,
las cosas cuando llegan.
 
Por enfrentar tus temores
e intentar ser mejores,
gracias,
por aliviar mis dolores.
 
Gracias por confiar,
por no ocultarme nada,
por hacerme soñar
al despertar,
y volverme a besar
cada mañana.
 
Gracias por sonreír.
Gracias,
por hacerme feliz.