A la deriva

Soy un cuento sin final
escribiéndose a sí mismo
en el filo de un abismo
sin saber si se caerá.

Soy la lluvia en el cristal
deseando penetrar
en tu mente y observar
lo que ocurre en cada instante.

Soy la luz que viene y va
entre planchas de metal,
para mi no existe un antes,
mi pasado se ha escapado
como nubes de algodón
entre los dedos de un gigante.

Ya no sé pedir perdón,
mi paciencia se agotó
y ahora ruedo sin control
deseando encontrarte.

Soy el centro de un tifón,
soy la voz del huracán,
todo gira alrededor
y no sé cómo parar.

Soy un barco sin timón,
sin lugar donde amarrar,
pero sé que Poseidón
jamás será capaz
de hacerme naufragar.

Porque en este viaje sin razón,
sin destino, sin espada,
sin apenas pasta,
me guía el corazón
y con eso basta.

No sé dónde me dirijo,
pero mi único punto fijo,
mi centro de coordenadas,
está en el fondo de tu mirada.

Quiero conocerte mucho más

Quiero conocerte mucho más,
quiero saber hacia dónde vas,
de dónde sacas la energía
que te impulsa a caminar
y hasta dónde
quieres llegar.

Cuales son las cosas
que llaman tu atención,
las que te motivan,
las que te hacen perder la razón.

Cuales son tus ilusiones
y qué cosas antepones.
Cuántas veces logras
lo que te propones.

Qué te hace llorar,
qué te hace reir,
por qué ideas crees
que merece la pena luchar
y si existe algo
por lo que estarías dispuesto a morir.

Que experiencias quieres vivir
y cuales no piensas probar,
cómo puedo hacerte feliz
y cómo impulsarte a soñar.

Quiero conocerte
mucho, mucho más.

Eres

Eres un quedo suspiro
en una noche callada,
una gota de rocío
sobre una flor de mañana.

Eres las ondas que alteran
la superficie de un lago,
un trozo de primavera
brotando en mis manos.

Eres un suave beso
posado en mi boca,
el vibrante eco a lo lejos
de un violín que toca.

Eres la luz que atrapa
cálidos rayos del sol,
la música que se escapa
de mi corazón.

Recordándote

Mis sábanas aún huelen a ti,
a noches sin apenas dormir
aun tengo tus dedos clavados
en la curva de mi costado.

Tus besos tan suaves,
tus largos abrazos,
reconstruyo tu cuerpo
a retazos.

Y esa mirada
profunda, calmada,
que me habla de un mundo
sin decir nada.

Tengo tu imagen grabada
en los huecos de mi mente,
tengo una cosa bien clara:
te quiero, ahora y siempre.

No lo puedo aceptar

Por qué te sigo queriendo
si me dijiste que no,
por qué te sigo pensando
si ya me has dicho adiós.

Sé que no puedo evitarlo,
no puedo encerrar este amor,
dudo que exista algo
que haga menguar el dolor.

No puedo saber que te vas,
que no voy a verte más
y dejarte marchar.
No lo puedo aceptar.

Te ayudaré a volar

Quiero alzar el vuelo
desprenderme de este mundo gastado,
alejarme del suelo
y sentir en mi rostro el aire helado.

Te ayudaré a volar
si me das la mano,
si decides saltar,
quedarte a mi lado.

Silueta

Hay sonrisas que llegan
donde nadie ha ido
y palabras que derrumban
todo lo vivido
reduciéndolo a un suspiro.

Despedidas eternas
grabadas a fuego,
me giro y tu silueta
sigue inmóvil, esperando,
quiero quedarme quieta,
seguirte el juego,
volver y quedarme hablando,
pero no puedo
y me voy temblando.

Porque en un instante
rompiste mi escudo
y como nunca antes
me sentí al desnudo
bajo tu mirada.
Por que sin saberlo,
sin creerlo,
sin querer verlo,
ya estaba enamorada.

Nada cambia

Pasa el tiempo y nada cambia,
pasan días, meses, años,
y cada mirada tuya
sigue haciéndome daño.

Este clavo, tengo claro,
no sale con otro clavo.

Tus sonrisas penetraron
mis defensas construidas,
como flechas acertaron
en mi alma perdida.

Estoy dado, se ha acabado,
abandono ya esta vida.

Y aunque tú pasaste página,
mis recuerdos se quedaron
y empapados en mis lágrimas
lentamente se oxidaron.

Juramento de la Guardia de la Noche

Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento:
La noches se avecina, ahora comienza mi guardia.
No terminará hasta el día de mi muerte.
No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos.
No llevaré corona, no alcanzaré la gloria,
viviré y moriré en mi puesto.
Soy la espada en la oscuridad,
el vigilante del Muro.
Soy el fuego que arde contra el frío,
la luz que trae el amanecer,
el cuerno que despierta a los durmientes,
el escudo que defiende a los reinos de los hombres.
Entrego mi honor y mi vida a la Guardia de la Noche,
durante esta noche y todas las que estén por venir.

("Canción de hielo y fuego" de George R. R. Martin)


Tantas ganas de volverte a besar

Echo de menos tu dulce sonrisa,
tus manos pequeñas y tus caricias,
tu pelo rebelde para jugar,
buscar remolinos y despeinar.

Echo de menos tus cortas visitas,
y asomada al balcón las despedidas,
las tardes lluviosas para pintar
dos mil muñequitos y disfrutar.

Echo de menos tu fiel compañía,
tu bici candada junto a la mía
y esos paseos por la ciudad,
sentir el aire, dejarnos llevar.

Tengo tantas ganas de regresar,
tantas ganas de volverte a besar.