¿Cómo será?

Cómo será tener la mente apagada
cómo será no pensar en nada,
cómo será no sentir esa fuerza
que mueve montes y mareas
empujándote hacia fuera,
obligándote a crear
para aliviar
la presión
interior.

Cómo será no oír tu voz
en cada piedra,
en cada nube,
en cada huella,
gritándote que lo dejes todo
y sigas tu estrella.

¿Cómo será conocer las respuestas
                                a mis preguntas?

Sueño

Sueño.
Bajo un universo nublado que no permite que la luz de las estrellas acaricie mi rostro.

Sueño
Entre ataques repentinos de un Eolo casi dormido que lucha contra su sueño y contra los míos.

Sueño.
Sobre cuerpos que nunca paran y mentes embriagadas que ríen alienadas creyendo ser felices.

Sueño.
Solo eso.

Plumas

Yo necesito
plumas ligeras
para volar
rompiendo barreras.
Vivo en el mundo
en dos dividida,
y solo soy uno
al escribir poesía.

Yo necesito plumas ligeras
que corran sobre el papel
como libres gacelas,
plumas de tinta
llenas de voces
que escriban mi alma
en versos veloces
mudando inmortales
instantes que nadie conoce.

Yo necesito plumas ligeras
como agujas de costurera,
que cosan los pedazos
de mi alma agrietada,
porque sin ellas me rompo,
porque sin plumas yo
                 no soy nada.

Dónde

Dónde hallar un alma
que escuche mi débil murmullo,
dónde aquel que sepa
hablar el lenguaje del mundo.
Dónde está quien tanto busco,
aquel que a mi “yo” más profundo
se asemeja,
que siente
                  como yo,
vibrar el alma
de la gente en su interior.
Que desata
                  su locura
dejándola volar
entre flores
                  de otra realidad
y la controla,
la sujeta,
si sola se desvía
trasladándola al papel,
haciéndola poesía.
Dónde aquel que sienta,
dónde aquel que entienda
que sin literatura
sería dos, no una,
pues mi alma se dividiría
en pedazos sin sentido
y yo,
           ya no viviría.

Urbe brillante

Urbe vacía de voces sin nombre,
gentes que gritan sin saber por qué
y no son ellos, su voz sólo es
la que escapa y entre calles se esconde.

Tus blancas avenidas de hormigón
ciegan mis ojos con su luz robada
que entre espejos y cristales resbala
eclipsando en su arrogancia al propio sol.

Tus pulidas paredes verticales
no dan cobijo a esos locos peregrinos,
sabios de un mundo ya desaparecido,
que aprenden en el viento cien verdades:
viajeros nómadas sin un destino
que no necesitan de las ciudades.

¿Qué es lo que me hace ser yo?

Viene y va,
huye y vuelve,
no sé cuándo se irá,
no sé cuando volverá.
Silencioso se escapa
siseando entre las sábanas
sueños de humo, imposibles
que se antojan a mi mente
nítidos, consistentes.

Sale de mí,
me siento morir
vacía
         quieta
                   en silencio
                               dormida.

Vuelve en un instante
cuando menos lo espero,
me daña, me golpea,
me hace sufrir,
              me hace llorar,
despierta mis sentidos
hasta ahora dormidos.

Y esta carcasa muerta,
autómata de mente alerta
e imaginación podrida,
vuelve a rezumar vida.

Y vuelvo a ser yo
quien habita este cuerpo,
quien piensa en azul
y siente en rojo,
quien descubre un mundo
en cada mirada
y entiende una vida
en una palabra.

Vuelvo a ser yo.

Latigazo

Me lleva
me arrastra
atrae mi
               mirada.
Imán de energía
lo siento llegar,
lo veo partir
y algo en mi interior
              tira de mí,
              tira hacia sí.
Nos une una fuerza
que él parece
no sentir
y es en mí tan intensa
que me arranca de mí
dejando mi cuerpo
              vacío,
              sin fuerza,
              muerto,
carente de vida.

Es entonces
que le pierdo,
desaparece,
no siento en mí
               su energía
y mi alma aturdida,
como un elástico
estirado al máximo,
se abalanza acelerada
a mi interior seguro
golpeando en un latigazo
mi rostro mojado.

Paranoyas

Vivo en un mundo de cojín,
                                                de plumas,
vivo rodeada
de puertas cerradas,
                                   mirillas abiertas,
ángeles cautivos
que pasan por mis ojos
y recorren de espaldas
caminos sin cerrojos
libres de ataduras.
Cojo un lápiz y no encuentro
el hogar de los sueños
que vuelan y no quieren rendirse
a palabras sin sentido,
que todo el mundo está vacío
y ya no entiendo
                              corazones,
miradas subverticias
que esconden un mundo,
                                           o la nada,
                                           o un sueño,
                  fantasía inventada.

Todo es nube, nada queda
cuando baja la marea
se hunden mis pies
en arenas prohibidas,
blandas orillas.
Me hundo en mares
de colores e ideas
y nunca llego al fondo
porque no sé dónde está,
puede que haya llegado ya
y aun no lo sepa,
pero sigo hundiéndome
en platos de sopa.

Soy un clavo que asoma
entre maderas podridas
sin poder amarrarlas,
viendo cómo el martillo de la espera
destroza mi cabeza.
Voy a estallar en mil pedazos,
voy a saltar a otro mundo,
                                           mi mundo,
voy a ser otro, a ser paloma,
león, ciervo o pirata.

La cadencia
de un ritmo
sin sentido
empuja
mis sienes
al vacío.

Quiero escapar del huracán
que no deja que piense
mi verdad.
Sólo pienso mentiras y pájaros
que vuelan y se van
sin haberlos conocido.
Y así se ha ido todo,
la manta que me cubrió
se ha deshilachado,
ha desaparecido,
y el frío de tus labios
lo he perdido.

Soy un punto entre las
estrellas
que ha sido olvidado
por los vivos.
Soy muerto, estoy vivo,
Pero no soy yo quien escribo
                                ¿o no escribo?
                               Solo espero, espero,
y me muero,
poco a poco,
                        en silencio,
viendo cómo los árboles
se despiden de sus amigos.

Muro

Me pierdo entre cabezas
ya no sé que pensar,
                qué sentir,
no controlo lo que pasa
no sé si vivo o sueño,
si vivo un sueño
o sueño que vivo
lo que sueño.
Ya no entiendo
cada gesto,
no controlo
sentimientos
que sólo existen
en mi mente,
necesito
             un intérprete
que me explique
qué está pasando
a mi alrededor,
porque mis ojos
ya no ven el alma
de los hombres,
porque no consigo
leer pensamientos,
porque se han dormido
mis sentidos
y los libros abiertos
que antes leía
en una mirada
están borrosos,
porque ha aparecido
un muro de ladrillo
impenetrable,
incomprensible
con una puerta abierta
por la que ya no sé si veo
                              o sueño.

Lo que nadie puede ver

Mi mente se despega
se sumerge,
no me espera,
y yo corro
tras de mí,
persigo pensamientos
me persigo y no me llego,
jamás un torbellino
tan lleno, tan vivo,
sacudió mi alma,
confundió mi mente,
porque he sentido
el mundo entero
en mi interior,
porque he visto
lo que soy,
lo que nadie
puede ver.
Y tengo miedo.