Verano en Turégano

Plácido yace al sol
polvoriento el camino,
sin sombra, sin color,
agrietado de olvido.

Gemelo el torreón,
vigilante castillo,
su historia se perdió
diluyendo los siglos.

Sin par desolación
de marrón y amarillo,
silencio inspirador
donde hablan los grillos.

Su trémula canción
todo deja dormido,
descanso del dragón,
pueblo antiguo y tranquilo.



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